José Pascual Pozo Gómez es presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Abogados (Cadeca) desde hace tres años, como lo es también del Colegio de Almería, en el que ocupa cargos institucionales desde hace más de 20 años. Experto en Derecho Urbanístico y de Medio Ambiente, Pozo es la voz de los abogados andaluces ante las administraciones, a quienes sigue reclamando soluciones a los seculares problemas por los que atraviesa la Justicia y ante los difíciles retos a los que se enfrenta la profesión. Su gran hacer profesional e insitucional le ha valido la concesión del la Gran Cruz al Mérito en el Servicio de la Abogacía y, muy recientemente, la Cruz Distinguida de Primera Clase de San Raimundo de Peñafort que otorga el Ministerio de Justicia.

Cumple ahora tres años al frente de la representación de los Colegios de Abogados andaluces. ¿Qué balance hace de la labor de Cadeca en este tiempo?
Creo sinceramentre que en estos tres años se ha hecho una importante y satisfactoria gestión en materia de Justicia Gratuita, consiguiendo que se hayan abonado las deudas pendientes de ejercicios anteriores, se haya establecido un calendario de pagos que se está cumpliendo escrupulosamente, así como que se hayan recuperado los porcentajes reducidos en 2012 como consecuencia de la crisis. Además,  se ha reanudado el servicio de orientación jurídica penitenciaria que fue suspendido también en el año 2012. Por otro lado, también se ha mejorado el turno de guardias y se ha negociado un nuevo Baremo para el año 2018. Además, se ha intentado, y creo que se ha conseguido, que el Cadeca tenga una mayor presencia en las instituciones y en la sociedad andaluza, y ello pese a la escasa infraestructura con la que se cuenta.

Para un abogado que no las conozca, ¿cuáles son las labores principales que cumple Cadeca?
El Cadeca es el órgano que aglutina a los Colegios de Abogados andaluces y tiene las funciones estatutarias que le corresponden, estando entre las principales las de ser el interlocutor con la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía en todo lo referente a la organización y gestión de la asistencia jurídica gratuita, así como la elaboración de las normas legales de aplicación y todo lo atinente a la Administración de Justicia. También tiene las competencias para la resolución de recursos contra las resoluciones dictadas por los Colegios andaluces, fundamentalmente en lo que se refiere a materia disciplinaria.

¿Cuáles cree que son los principales retos que tiene por delante la profesión?
A mi juicio, la profesión tiene como reto principal la adaptación al cambio radical que se está experimentando como consecuencia de la aplicación de las nuevas tecnologías, la necesaria formación continua de los profesionales para ser competitivos ante los nuevos retos que se presentan y, todo ello, acompasarlo con el respeto a las normas deontológicas que rigen y deben de seguir rigiendo la profesión.

Hay luchas que han dado sus frutos, como la de no aplicar el IVA en el Turno de Oficio. ¿Qué otras luchas le quedan por delante a los abogados, sobre todo, en Andalucía?
Siempre hay y quedan luchas pendientes para preservar la independencia de la profesión de abogado e incluso su supervivencia, sobre todo, en la elaboración de las nuevas normas jurídicas que regulan y/o afecten a la profesión y su ejercicio, pero tengo que decir que en todas ellas, en la actualidad, está presente la Abogacía institucional, bien a través del Consejo General de la Abogavía Española (CGAE), del Cadeca y de los propios Colegios, y se está haciendo una muy buena labor, que considero que está obteniendo sus frutos.

Uno de los grandes caballos de batalla de los abogados es la dignificación del Turno de Oficio. ¿Qué espera al respecto?
En estos últimos años se han conseguido grandes logros en materia del Turno de Oficio, mejorándose sensiblemente la situación con respecto al periodo anterior y continuamos trabajando conjuntamente con la Consejería de Justicia y los distintos partidos políticos representados en el Parlamento andaluz para continuar mejorado las condiciones en las que se presta este servicio, pero siempre sin perder de vista la función social que la Abogacía debe desempeñar y su histórico compromiso con los más débiles.

¿Cree que la Abogacía se tiene que hacer valer más ante las Administraciones?
Creo que, en la actualidad, la Abogacía se hace valer suficientemente ante las Administraciones, bien a través del CGAE, como  del Cadeca, siempre por la vía del dialogo y estando presente de forma digna y solvente en los escenarios donde se elaboran las normas jurídicas y se toman las decisiones que afectan a la abogacía y a la sociedad.

El abogado forma parte indispensable de un sistema tan esencial como el judicial, que parece que sigue anclado en el siglo XIX. Es evidente que hacen falta muchas mejoras. ¿Cuáles cree más urgentes?
Es necesario un Pacto de Estado por la Justicia, que ya se ha reivindicado secularmente desde la Abogacía, en el que se resuelvan los problemas que se vienen arrastrando históricamente por la endémica falta de infraestructuras, de medios personales y de una manifiesta falta de voluntad de los poderes políticos (sean del color que sean) de adoptar soluciones eficaces para dar respuesta a la demanda social de una justicia de una sola velocidad, rápida, moderna y de calidad. A mi juicio, es necesario tomarse esto en serio de una vez e invertir en Justicia, que creo que es una de las mejores inversiones que puede hacer un Estado de Derecho del siglo XXI.

¿Por qué cree que la Justicia parece que sigue siendo la cenicienta de la Administración, habida cuenta de los importantes avances tecnológicos sufridos en otras áreas esenciales como la Hacienda, la Seguridad Social o la Sanidad…?
Como ya he apuntado anteriormente, pienso que en este país hay una secular falta de interés de nuestros gobernantes por el sistema judicial y también creo que los representantes de los distintos operadores jurídicos quizá no han sido lo suficientemente reivindicativos para reclamar las mejoras necesarias, quedándose la Justicia enormemente retrasada con respeto a otras administraciones como la Hacienda y Seguridad Social, en las que sí se ha invertido y tienen medios mucho más modernos y eficaces.

Parece que Lexnet ha llegado para quedarse, pero plantea numerosos problemas diarios a los abogados. ¿Qué soluciones pondría Cadeca en este sentido?
La solución de Lexnet es clara a mi juicio, hay que invertir lo necesario desde la Administración para que tenga suficiente capacidad y rapidez y dé la respuesta que se espera de un sistema de notificaciones del siglo XXI.

Para el desatasco del sistema judicial, se está planteando con fuerza que la instrucción pase a manos de los fiscales. ¿Qué opina al respecto?
Desde mi punto de vista, no tengo muy claro que pasándole la instrucción a los fiscales se vaya a desatascar el sistema judicial. Creo que podrían existir otros medios para desatascarlo, como la puesta en funcionamiento de la oficina judicial, la creación ya de una vez por todas de los tribunales de instancia, la eliminación de las notificaciones en papel y de los trámites que se siguen haciendo por esa vía, que es más propia del siglo XIX que del XXI y ralentiza enormemente el procedimiento. En definitiva, se podría hacer a través de una reforma de la ley procesal penal que sea más agil, moderna y efectiva.

En este mismo sentido, se plantea también la supresión del actual sistema de Partidos Judiciales. ¿Está Cadeca de acuerdo con esa posible medida?
En mi opinión, sí seria deseable un replanteamiento de la distribución de los partidos judiciales tanto en Andalucía como en el resto de España, para adaptarlos a la sociedad del siglo XXI y a sus necesidades reales, que en estos momentos están alejadas de las que existían en el siglo XIX, que es cuando se diseñó y se elaboró el mapa judicial actual.

¿Qué mensaje le daría a los jóvenes abogados que se incorporan ahora al ejercicio profesión?
El mensaje que les daría es claro: que se piensen muy bien si realmente tienen vocación de ser abogados, que no se inclinen por esta profesión sólo por considerar que es más fácil que otras, pues es una profesión muy bonita y gratificante, pero también muy ingrata y que requiere de mucha dedicación, estudio y responsabilidad, ya que uno es abogado las 24 horas del dia durante los 365 días del año. Pero también les digo que, una vez que se hayan decidido y tengan claro que quieren ser abogados, pongan su alma en ello y no tengan miedo al futuro, pues con paciencia, dedicación, estudio y esfuerzo diario seguro que llegarán a ser unos grandes profesionales y los sucesores de los que actualmente ejercemos la profesión más bella del mundo.