“En Huelva llevamos demasiado tiempo sin que se cree ningún juzgado”
Aurora Marín (La Carolina, Jaén, 1961) es desde el pasado mes de mayo la nueva secretaria coordinadora provincial en Huelva. Es decir, la responsable del trabajo de los 46 letrados de la Administración de Justicia (antiguos secretarios judiciales) que actualmente hay en la provincia. Con 32 años de experiencia, la inmensa mayoría de ellos en los juzgados onubenses, llega al cargo con el objetivo claro de que se reconozca la labor que realiza este cuerpo fundamental en el sistema judicial.
P: Qué balance hace de sus primeros meses en el cargo de secretaria coordinadora provincial?
R: Siempre he dicho que me dieran cien días, como al Gobierno [risas]. Como ha estado agosto de por medio, aún no he estado ese tiempo en el cargo. Pero yo, en líneas generales, estoy muy contenta. Es un cargo nuevo, lo que significa que rejuvenece, en el sentido de que es algo novedoso, tienes que aprender y ver las cosas desde otra óptica, sobre todo, desde muchos puntos de vista. Para mí, la experiencia está siendo muy positiva
P: ¿Cuáles son los objetivos que se marca?
R: En primer lugar, intentar compenetrar a todos los sectores que intervienen en la Administración de Justicia: jueces, fiscales, secretarios, abogados, procuradores y ciudadanos. Crear una buena relación entre todos los colectivos es fundamental. Si todos nos entendemos, funcionará mejor la Justicia. Esa creo que debería ser una de mis funciones principales.
P: ¿Cuál es la función exactamente de un secretario coordinador?
R: Como su nombre indica, coordinar. Cuando se crea esta figura, no se sabía muy bien qué contenido iba a tener. No se trata únicamente de ser el jefe de los secretarios judiciales, llamados así en aquel momento. Este cargo pronto comenzó a asumir funciones muy importantes de cara, sobre todo, a las reformas, bajo las directrices del Ministerio de Justicia. Somos los encargados de llevar a efecto e interpretar cualquier reforma o modificación que se produzca. Nunca nos metemos en el ámbito procesal. Nuestras funciones son las de coordinar y que sea posible un funcionamiento homogéneo, no en cuanto al criterio procesal, pero sí en cuanto al funcionamiento.
P: En la actualidad hay 46 letrados de la Administración de Justicia en la provincia. ¿Cree que es un número suficiente?
R: Actualmente, hay órganos judiciales que necesitarían dos letrados de la Administración de Justicia, igual que es cierto que hacen falta nuevos órganos judiciales. Está prevista la apertura de un juzgado más de Primera Instancia, no sabemos si será en el último trimestre de este año o ya para el año que viene. Es muy necesario, porque llevamos muchísimo tiempo, demasiado, sin que se cree ningún juzgado nuevo. Ahora se creará uno, cuando nuestras expectativas eran que se abrieran tres o cuatro más. Esperemos que sea un avance que nos ayude a mejorar.
P: ¿Cuáles cree que son los principales retos a los que se enfrenta su profesión?
R: El principal reto es que se nos reconozca toda la labor que hacemos. Hasta ahora, con el nombre de secretarios judiciales todo el mundo nos conocía y sabía lo que hacíamos. Espero que esto tenga una traslación y que todos sepan que el juzgado funciona porque la oficina está bien dirigida, y se nos reconozca nuestra labor en ese sentido.
P: ¿Cree que el papel de los letrados de la Administración de Justicia está suficientemente valorado y reconocido?
R: Cada vez se reconoce más. Yo llevo 32 años en esta profesión y la concepción de nuestro trabajo ha variado muchísimo. Ha costado mucho, pero la gente sabe quiénes somos y viene a hablar con nosotros, tanto los ciudadanos como los profesionales, porque no se olvide que somos una figura muy importante para el funcionamiento de los juzgados. Por supuesto que debería considerársenos más, pero hemos ganado muchísimo en los últimos años.
P: ¿Cuáles son los valores que debe tener un letrado de la Administración de Justicia?
R: En primer lugar, ser trabajador y dar ejemplo. Si tú trabajas en tu oficina, todo el mundo lo hará. Pero esto ocurre en todos los ámbitos laborales. En la mayoría de los juzgados estamos trabajando entre 10 y 12 personas y el ejemplo hace mucho. También hay que ser estudioso y atender a todo el mundo con respeto. Con eso creo que tendríamos mucho ganado.
P: El sistema LexNet ha estado agitado durante este verano por su fallo de seguridad. ¿Cómo cree que está siendo su implantación y funcionamiento?
R: Como a todo lo nuevo, al sistema LexNet nos costó trabajo adaptarnos. Pero, con sus fallos, es una magnífica herramienta. Es cuestión de invertir y mejorar. Lo último que conocemos es una inversión de 60 millones de euros, de los que una parte los va a gestionar el Ministerio, en temas de seguridad fundamentalmente, y otra parte la administrarán las Comunidades Autónomas. Es un sistema fantástico, con sus problemas, que es lo que tenemos que ir arreglando. Eso es lo importante, que los detectemos y los vayamos solventando para que no se vuelvan a producir.
P:¿Cómo cree que está siendo el papel de los abogados en su implantación?
R: Muy bueno. Pero es que además no nos queda otro remedio. Todos nos quejamos, todos hemos sufrido los problemas de LexNet, pero es lo que hay. Todos tenemos interés en aprender y en ello estamos.
P: Se habla mucho del Papel 0, pero lo cierto es que las oficinas judiciales siguen llenas de papeles. ¿Se alcanzará algún día ese objetivo?
R: Ahora mismo lo que hay es papel doble, pero eso es algo que siempre ocurre en las etapas de transición. También cuando empieza LexNet, hay muchas veces que nos imprimimos los escritos por pura deformación profesional. El objetivo, la opinión y la idea del Ministerio es alcanzar el Papel 0. ¿Cuánto tiempo se tardará? Pues depende de lo que se invierta. La inversión es lo importante. Si nos ponen un buen programa y nos dan muchas facilidades, lo haremos mucho mejor que si nos dan poca inversión. El problema, tanto en LexNet como en el expediente digital, es que han coincidido estas dos reformas fundamentales con una época de crisis económica. Su éxito depende mucho del dinero, por lo que esperemos que la economía mejore y se pueda invertir de manera decidida para que el Papel 0 sea una realidad para los profesionales y para los ciudadanos, que son los destinatarios últimos de nuestro trabajo, algo que nunca debemos olvidar.
P:¿Cómo valora su implantación en concreto en la provincia de Huelva?
R: En cuanto a la implantación de LexNet, Huelva está muy bien situada, porque hemos sido experiencia piloto en algunos órdenes jurisdiccionales. En cuanto al tema del Papel 0, estamos más o menos como el conjunto de Andalucía. Las nuevas inversiones harán que mejoremos no sólo en Huelva, sino en Andalucía y en España en general.
P: La crítica a la Justicia (a su lentitud, etc…) se ha convertido en un clásico de la opinión pública. ¿Cómo ve un letrado de la Administración de Justicia estas cuestiones?
R: Tenemos que aceptar las críticas, porque son lógicas, y nunca ponernos a la defensiva. Cuando alguien se queja, verdaderamente tiene su punto de razón, porque nadie se queja por gusto. También es cierto que el que está satisfecho no lo dice nunca. Pero está claro que lo negativo existe y tenemos que reconocerlo. Lo que hay que hacer es intentar mejorar. De la crítica se puede aprender. Si todo el mundo nos dice que la Justicia es lenta, algo de lentos tendremos. Evidentemente, esa lentitud nos es achacable a los profesionales de la Administración, sino, sobre todo, a la falta de medios. Dicho esto, hay que tener en cuenta también que no somos tan malos como nos pintan siempre. Es lógico que el que llama lo haga para quejarse, porque nadie llama para decir qué bien lo has hecho. En ningún aspecto de la vida ocurre eso. Tenemos que intentar aprender de las críticas, solventar lo que esté en nuestra mano o pedir que nos solventen lo que no depende de nosotros, pero siempre teniendo presente que tampoco somos tan malos y que algunas cosas las hacemos bien.
P: ¿Qué le pareció el cambio de nombre de su profesión?
R: Personalmente, yo ya no lo hubiese cambiado. Y que conste que cuando yo comencé, la percepción social es que no éramos secretarios judiciales, sino los secretarios del juez. Pasada esa época mala, ya todo el mundo sabía lo que hacíamos y cuáles eran nuestras funciones. Ya estábamos contentos con nuestro nombre de secretarios judiciales, tras habernos ganado el prestigio y el reconocimiento.
P: ¿Cómo es su relación con los abogados onubenses?
R: Desde mi punto de vista, muy positiva, pero habrá que preguntarle a ellos también. Es un colectivo con el que, desde que empecé, he tenido una relación muy fluida. Mi despacho siempre ha estado abierto para ellos, igual que para mí el Colegio, que ha sido un poco mi casa.