“De no haber sido funcionaria, estaría ejerciendo como letrada”

Hace más de tres décadas que Blanca de Vega comenzó a trabajar en los juzgados onubenses. En todo este tiempo, ha sido testigo de los grandes cambios experimentados en la forma de trabajar en la Administración de Justicia.

¿Cuántos años lleva trabajando como funcionaria? ¿Siempre ha trabajado en Huelva capital?
Llevo treinta y un años y sí, siempre trabajando en Huelva, excepto tres meses que estuve en el Juzgado de Paz de Lepe. Y siempre en el orden civil.

¿Cómo recuerda su primer día de trabajo?
Recuerdo que lo viví con mucha ilusión y miedo, asombrada de lo poco que sabía, a pesar de mis estudios de Derecho. Pero una cosa era la teoría y, otra, practicarla. Además, estaban las declaraciones, los juicios…

¿Hay alguna etapa que recuerde con especial cariño?
Con mucho cariño e ilusión recuerdo la primera etapa. Éramos como una gran familia de funcionarios, procuradores, abogados…

¿Cómo han evolucionado los juzgados desde que comenzó hasta la actualidad? Muchísimo. Cuando yo empecé a trabajar usábamos máquinas de escribir manuales, con un papel de calca para sacar la copia para los procuradores. Una fotocopiadora era un lujo inalcanzable. La primera que tuvimos, compartida por varios juzgados, estaba en el despacho del juez del juzgado número dos y había que esperar a que estuviera desocupado para poder entrar en el despacho.

Años después llegó el primer fax; aquello parecía un milagro. En el orden civil ha habido muchísimos cambios. A partir de la ley  7/2000, de Enjuiciamiento Civil, se instauraron las cámaras para gravar los juicios y pasamos de los trámites escritos, a los orales; y de ese papel calca del que hablaba antes, hemos pasado a los  ordenadores, la firma digital, las notificaciones telemáticas, las subastas que se celebran en un portal de internet, etcétera.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo? ¿Y cuál diría que es la parte menos “agradecida”?
Me gusta fundamentalmente tramitar procedimientos, el contacto con la gente, estudiar leyes nuevas… Y lo menos agradecido es lo más burocrático: correo, notificaciones, embargos telemáticos…

¿Por qué eligió ser funcionaria? Y, de haber tenido otra profesión, ¿a qué le hubiera gustado dedicarse?
La verdad es que había estudiado Derecho y, casada y con niños pequeños, opté por las oposiciones a Justicia, por comodidad, por tener las tardes libres y un trabajo estable. De no haber sido funcionaria, probablemente, estaría ejerciendo como letrada; es una espinita que tengo clavada.

¿Cómo es su relación con los letrados?
Muy buena, de compañerismo. Tengo muchos amigos entre ellos.