María José Ruiz García

Tres años han transcurrido desde que la primera promoción de colegiados de Ilustre Colegio de Abogados de Huelva realizara su formación en mediación. Con ella, se impulsó la creación de un Centro de Mediación, el CEMICAH, uno de los primeros de Andalucía. No obstante, la apuesta de nuestra institución por la mediación se remonta a 2010, cuando junto a la UHU y el Decanato de Jueces de Huelva, apoyó la experiencia piloto de la mediación intrajudicial realizada en el Juzgado de Familia de Huelva. Con ello, el ICAHuelva ha sido pionero en Andalucía en el impulso y promoción para la implementación de la mediación en el entorno judicial.

Hoy cuenta con más de 120 abogados formados en esta metodología que nos enseña a negociar más y mejor, y que supone una herramienta más a incorporar a nuestros despachos profesionales. El reto, ahora, es llegar a la ciudadanía y al resto de compañeros. Estamos ante un cambio de paradigma jurídico en el que la intervención activa de los abogados va a resultar imprescindible, tanto en la mediación como en otros procesos de gestión y resolución de conflictos, poco conocidos. Y no solo como mediadores, sino también como asesores y representantes de partes en dichos procesos que, en muchos casos, resulta clave y fundamental. Ese desconocimiento en cuanto a las funciones del letrado en el seno de la mediación puede ser en gran medida el causante de tanto rechazo, incluso, por parte de nuestro propio colectivo.

El impulso de prácticas colaborativas y extrajudiciales, en beneficio del cliente que evite, si es posible, un proceso judicial incierto, largo y costoso, ya ha comenzado. El reconocimiento legal se lo dio la Ley 5/2012 de mediación para asuntos civiles y mercantiles. El abogado se encuentra ante una metodología cuya denominación le resulta familiar. Muchos letrados afirman que “es lo que vengo haciendo toda mi vida profesional”. Pero no es lo mismo “mediar” que “hacer mediación”. Gestionar el proceso de mediación requiere profundizar en el análisis de conflictos, el entrenamiento en técnicas y habilidades de negociación y comunicación. Habilidades que nunca formaron parte de nuestra formación jurídica y que, indiscutiblemente, la experiencia enseña en alguna medida. Conocer y manejar el proceso de mediación te permite negociar de forma más eficaz. Los abogados jugamos un gran papel en el futuro de la mediación solo si, en su aprendizaje y manejo, encontramos en ella una forma de asesorar y gestionar asuntos que al final reporte a nuestros clientes rapidez, menor coste emocional y económico, y les devuelva la responsabilidad de decidir sobre sus propios asuntos, en aquellas materias que sea posible. Sin mermar la probabilidad de éxito y, por supuesto, la minuta.

Asistimos a un nuevo paradigma en el enfoque de la gestión y resolución de conflictos, que, basado en la negociación colaborativa y el juego limpio, permita hacernos autosuficientes y potenciar que la asistencia al juzgado se reduzca a lo estrictamente necesario. Hacer del proceso de mediación una vía para el análisis, diagnósticos y resolución de los conflictos, que no necesariamente requieren curso judicial. A pesar del camino recorrido, existe aún un gran desconocimiento sobre la potencialidad que tiene dada la ausencia de su aplicación práctica. Por ello, y por el papel relevante de los abogados en la gestión y resolución de conflictos, se ha solicitado a la Junta de Gobierno la creación de una Comisión de Mediación para impulsar el conocimiento y la puesta en práctica de la mediación con el empeño de llegar al ciudadano y promover la mejor mediación que es preventiva y extrajudicial. Solo cuando la sociedad demande mediación, la tendremos presente. Ese es el reto.
Para ello se le va a presentar a la Comisión de Formación del ICAHuelva, un catálogo de formación básica y formación continua en mediación para el 2016. Con ello trataremos de practicar con casos resueltos satisfactoriamente y analizaremos los no resueltos. Os invitamos desde aquí a traer también los vuestros.